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Seguramente este monje, habitante de un antiguo templo ubicado en un barrio sencillo de Pekín, nunca esperó esto. Su casa, su lugar sagrado convertido en una feria, un lugar de peregrinación, ya no para creyentes, sino, de turistas curiosos con ganas de ver la esencia de algo ya perdido o más bien transformado en algo totalmente distinto.
viernes, mayo 31, 2013
La resignación del monje
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