Hell’s Gate (Auschwitz) La puerta al infierno

Auschwitz Junio de 2010 - Polonia (Fusión de dos imágenes HDR)

67 años después de la liberación del campo de concentración polaco de Auschwitz por los "aliados" un grupo de judíos ortodoxos camina por la puerta al infierno que años atrás conducia a aquel campo que causo dolor a tanta gente y dejo heridas imposibles de cicatrizar en los corazones de millones de personas en todo el mundo. Quién sabe si ese apacible anciano de aspecto cansado el cual tenia que ser ayudado para traspasar aquella puerta vivió los horrores de aquel sitio, quien sabe. Lo que si puedo asegurar es que yo viví aquel momento tan especial con una mezcla de sentimientos indescriptibles, un momento único, uno de tantos momentos que pase allí que me hizo reflexionar y no olvidar, no olvidar para que aquello no se vuelva a repetir jamás.

Todo puede cumplirse...

No quiero que todo quede en el intento, más bien, que se pierda en el intento. No quiero ser otra de las tantas personas que dejan olvidadas las promesas en un "baúl de los recuerdos" que lo único que hará será acumular polvo sobre él durante años hasta el día que te acordarás de él, lo abrirás y te darás cuenta de todo lo que has perdido por culpa de un momento en que tus palabras gritaron más fuerte que tu corazón.

En realidad lo que más me jode no es el hecho de que nuestra promesa se sienta amenazada. ¿Cómo que no? Pues no. Supongo que es demasiado sólida como para que cualquier tontería pueda romperla, yo diría incluso que no existe nada capaz de hacerlo... Lo que realmente jode es no estar cumpliendo día a día la promesa que me hice a mí misma.

Te quiero y pase lo que pase, la promesa seguirá vigente siempre.

"Una vez hice una promesa, y prometo que la cumpliré"

Resistiendo al frío.

No aspiro a ser actriz ni modelo, mi sueño no es ganar miles y miles de euros mensuales, tampoco es el salir a la calle y que no puedas dar dos pasos sin que nadie te salude y tampoco pretendo ser vista como la niña buena. Eso son cosas que me quedan demasiado lejos y que en realidad a mí no me aportaría ningún tipo de felicidad porque soy de las que se conforma con poco. No me refiero a con un poco de cada cosa. Me refiero a pocas cosas pero con intensidad. Me refiero a aquello que si no tienes te sientes vacío por muy poco significativo que sea para los demás. Me refiero a una persona. A esa persona que a pesar que todo vaya mal es capaz de dibujar una sonrisa en tu rostro. Esa persona que te da un abrazo en los peores momentos, esa persona que todavía está ahí cuando los demás ya se han ido. Esa persona que es como la última flor que resiste al duro invierno cuando las otras se han dejado morir.