viernes, julio 02, 2010

InterRail 2010 vacaciones en tren. Berna – Suiza (Parte II.1)

El ogro
La plaza del banco
Puerta de la catedral
Mc Donalls Skateboards
Tram restaurant
En los cantones suizos más próximos a la Galia, es notable la influencia francesa en el paisaje. Tenía aún en mi cabeza las recientes imágenes de la última película de Tarantino, malditos bastados y no pude evitar pensar en esa primera escena donde nos enseñan una pequeña granja lechera francesa, las granjas suizas eran idénticas, como si el tiempo no hubiera pasado en el cantón Suizo más oriental. Casitas separadas unas de otras por verdes prados, vacas, ovejas y otros animales de granja se podían ver pastar en ellos, ajenos al paso de nuestro tren. Un paisaje idílico, verde y pintoresco no imaginaba así suiza, paisajes de postal durante kilómetros y kilómetros. Llegamos a Ginebra pronto, sobre las 12 del mediodía, pasamos un pequeño control fronterizo en la estación y ya estábamos” oficialmente” en suiza. Teníamos menos de una hora para comer algo y coger nuestro siguiente tren con destino a la capital Suiza, Berna. Cogimos una hamburguesa en un McDonald’s y dimos una pequeña vuelta por los alrededores de la estación, teníamos dos horas más de camino hasta llegar a Berna.
Llegamos a la capital sobre las 3.
Mi compañero conocía un pequeño Hostal cerca del barrio de los museos a 10 minutos andando de la estación de Berna, nos hicimos con un mapa en una oficina de turismo y nos pusimos en marcha. No recordaba bien el sitio exacto, y tras dar un par de vueltas por la zona con nuestras mochilas abrí el mapa que habíamos conseguido y en menos de cinco segundos, como los mecánicos que cambian las ruedas a un fórmula uno siempre preparados y atentos se nos acercó una chica Suiza de muy buen ver que estaba poniéndose el casco para salir en bicicleta y nos preguntó sin ánimo de lucro : Do you need Help? Le dimos el nombre del hostal y en menos de 2 minutos ya estábamos allí, estaba lleno. Dimos media vuelta y dirección al casco histórico. Tras preguntar en varios hostales y hoteles con precios desorbitados por el centro de Berna, un amable Suizo nos dio la dirección del Hotel Etap un torre de 16 plantas a 30 minutos andando del centro de Berna, ¿coincidencia? Nos iba a tocar caminar otra vez, pero era eso una cama en una habitación de 16 personas, aceptamos.

Berna es una de las ciudades más pintorescas en las que he estado nunca y sin duda alguna la capital más pintoresca de Europa. Jamás imagine una capital de un pais como suiza con ese aspecto. Apenas puedes ver edificios de nueva construcción en toda la ciudad, todo son casitas blancas con tejas marrones, ventanas de madera envejecida y balcones adornados con flores y todas o prácticamente todas las calles del centro son peatonales, tan solo tranvías y algún que otro autobús cruzan la ciudad haciendo sonar sus campanitas avisando a los viandantes.
El segundo día de nuestra estancia en Berna comprando en un supermercado local agua y algo para desayunar conocimos a un chico gallego que trabajaba en suiza desde hacía algunos años, de nombre Raúl. Otra muestra de amabilidad desbocada, nos llevó por toda la ciudad, primero nos enseñó como alquilar una bicicleta gratis en una pequeña casita subvencionada por el gobierno en la que también se pueden alquilar skates gratis. El amable compatriota español nos hizo un tour en bicicleta con todo detalle en las explicaciones por los edificios emblemáticos de la ciudad, el banco suizo, la casa de Einstein y su museo, la catedral, unos osos símbolo de la ciudad a orillas del rio, etc, etc… y otros sitios no tan emblemáticos pero de igual importancia para la gente joven, bares y discotecas, fiestas cerca del barrio histórico y otras cosas que es mejor no contar. Tras tirarse con nosotros más de tres horas nos dio su número de teléfono y el de una amiga suya en la embajada por si nos sucedía cualquier imprevisto entre gracias y apretones de manos se fue, su mujer lo esperaba. Nosotros seguimos descubriendo la ciudad. La noche en la ciudad es más bien familiar, extremadamente tranquila, a diferencia de años atrás. Pequeños locales y bares, en los que nadie bebe más de la cuenta, excepto algún turista ajeno a las costumbres suizas y es que el beber no está demasiado bien visto, y las leyes Suizas son realmente extrañas al respecto. Según nos explicó Raúl, el gallego que conocimos por la mañana, el trabajaba en un hospital Psiquiátrico y por ley si te pasas reiteradamente más de la cuenta bebiendo tienes que someterte a un programa de tres semanas en un hospital Psiquiátrico en desintoxicación esa norma se aplica directamente si te encuentran durmiendo en la calle borracho, aquí en España no darían abasto los hospitales!! Que diferencia de cultura. A todo hay que sumarle que es extremadamente caro, no se si estaría edulcorada con oro y diamantes aquella cerveza de 10 francos en aquel pequeño bar del centro de Berna, por lo menos yo no lo note. Si buscas fiesta y pasarlo bien, la única opción si no quieres arruinarte y tener que acabar mendigando para volver a casa es el barrio de los museos, el barrio “malo” de Berna, en el que te encuentras extrañamente seguro y tranquilo rodeado de un montón de gente rara, eso si las mujeres espectaculares además de simpáticas, no nos podemos quejar!.
Dejo el link con el resto de las fotos :
http://www.flickr.com/photos/andormix/sets/72157624681361274/

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